La vejez es una etapa natural en la vida que nos presenta desafíos y oportunidades únicas. A medida que envejecemos, es importante aceptar y abrazar los cambios que ocurren en nuestros cuerpos y mentes.
La vejez también puede ser una época de reflexión sobre nuestras vidas. Es un momento para evaluar nuestras metas y logros, y considerar cómo queremos pasar el tiempo restante de nuestras vidas.
Es importante recordar que la vejez no es algo para temer, sino una oportunidad para aprender, crecer y disfrutar de la vida. A medida que envejecemos, podemos aprender a valorar las cosas simples de la vida, como pasar tiempo con seres queridos y hacer las cosas que nos hacen felices.
La vejez también puede ser una oportunidad para ayudar a los demás, ya sea a través del voluntariado o la mentoría.

Si bien empezamos a envejecer cuando nacemos, cuando realmente llegamos a ella el modo de ver la vida cambia, aquí una hermosa reflexión cerca de esta etapa de la vida:
“Hágase Tu Voluntad….”
La vejez, esa etapa terminal de la vida, otorga la oportunidad al ser humano para que se centre en lo que realmente importa: el amor a Dios.
Llama la atención cuan poco importantes parecen todas las cosas mundanas en ese recodo de la vida. El éxito, la fama, los placeres, todo lo que la feria de las vanidades puede ofrecer son distracciones puestas con el único propósito de alejarnos del verdadero sentido de la existencia: buscar a Dios y amarlo.
Se dice muy a menudo que la ancianidad es la segunda infancia. Hay algo de razón en ello. Así como la niñez es la etapa de la vida en la que se aprenden las habilidades necesarias para hacer frente al mundo en el futuro, la vejez es la infancia de la eternidad, es la etapa de preparación para aquello que viene después de la muerte.
Existe durante la ancianidad una sensación de que cada día es en sí mismo el último y que cada momento es un tesoro a guardar.
Buscar a Dios y encontrarlo es amarlo. Y amarlo es decir al final: “Hágase Tu Voluntad”. Eso es todo cuanto hay que decir a Dios. Cuando aceptamos esa verdad, el desierto florece y nos llenamos de esperanza y consuelo.
–Malcolm Muggeridge
Motivación para la vejez
La vejez puede presentar desafíos y cambios en la vida, pero también puede ser una época de crecimiento y realización. Aquí hay algunas sugerencias para mantenerse motivado durante la vejez:
- Enfócate en tus metas: A medida que envejecemos, es importante tener metas y objetivos a largo plazo para trabajar. Esto puede ser algo tan simple como aprender una nueva habilidad o viajar a un lugar deseado.
- Mantén la mente activa: Estudia un nuevo idioma, juega a juegos de mesa, o resuelve rompecabezas para mantener tu mente activa y estimulada.
- Haz ejercicio regularmente: El ejercicio no solo ayuda a mantenerse física y mentalmente saludable, sino que también puede mejorar el estado de ánimo y la autoestima.
- Cultiva relaciones significativas: Las relaciones sociales y familiares son fundamentales para el bienestar emocional y psicológico. Asegúrate de pasar tiempo de calidad con amigos y familiares.
- Haz algo útil: Ayudar a los demás puede proporcionar una sensación de propósito y significado en la vida. Considera voluntariado o mentoría.