Si bien los pensamientos y las buenas intenciones son importantes, estos perderán su valor si no son llevados a la acción, y en esa acción ponemos toda nuestra fe y pasión par que ese deseo esa idea se haga realidad.
Aquí te compartimos un Reflexión de Superación, cuyo autor desconozco, pero que tiene un mensaje profundo.
LA LINTERNA
Alberto adquirió el compromiso de ser el encargado en su pueblo de pararse cada noche cerca del cruce del tren con la carretera y llevar consigo una linterna de tal manera que pudiese alertar a los conductores que pasaban por allí y así evitar un choque catastrófico.
Una noche muy oscura, se percató de que el tren estaba próximo a la intersección, se levantó de su silla, agarró su linterna y corrió tan rápido como pudo.
Al llegar a la carretera, observó un auto que se acercaba a toda velocidad, levantó su mano sosteniendo fuertemente la linterna y empezó a moverla lentamente de un lado al otro. El conductor parecía no disminuir la velocidad, a lo que Alberto reaccionó moviendo su linterna un poco más rápido, su esfuerzo parecía inútil, el auto se aproximaba al cruce donde el tren de 100 vagones cruzaba con fuerza.
Alberto empezó a brincar y a mover su linterna con tanta fuerza que le dolía su brazo mientras su desesperación parecía de nunca acabar; el auto aumentaba su velocidad; el accidente era inevitable. El auto pasó por su lado como si no lo hubiera visto, y se estrelló contra el tren con tanta fuerza que quedó reducido a pedacitos. Fue una catástrofe atroz, todo el pueblo se levantó y corrió al lugar de tan terrible accidente.
Al llegar al lugar, Alberto decía: «Hice todo lo que pude, por más fuerte que balanceaba mi linterna fue imposible que el conductor me viera».
A lo que un lugareño le respondió: «Mientras caminaba por aquí, lo observé todo; sí es cierto que usted hizo un esfuerzo muy grande, ¡pero, olvidó encender su linterna¡».
Muchas veces tenemos toda la buena intención de mostrarles a otros el amor de Dios, pero si olvidamos encender nuestras linternas y ser luz; pasarán por nuestro lado y se estrellarán con los trenes de la vida.