Viejo no es cumplir mas años, tampoco el que nos salgan mas canas. Viejo es aquél que deja de soñar, al que se le olvida cómo reír, el que se encierra en su soledad. Viejos son los recuerdos, pero no es el presente. El presente es joven. La juventud se lleva en el alma, mas no en el cuerpo. Podemos decir que Viejos sol y la luna, y todavía brillan como si recién hubieran sidos creado. La vejez llega, solamente… cuando mueres.
A continuación una hermosa reflexión de superación escrita por Samuel Ullman, con un mensaje para ser tomado en cuenta:
Entusiasmo es Juventud
La juventud no es un periodo en la vida. Es una disposición del ánimo, es temple de la voluntad, calidad de la imaginación, vigor de los sentimientos, predominio del valor sobre la timidez y de la sed de aventuras sobre el deseo de reposo.
Preocupaciones, dudas, desconfianza de nosotros mismos, temores, abatimiento: eso es lo que doblega la frente antes erguida y deja cenizas donde se levantó prometedora la llama del espíritu.
A nadie envejecen los años. El único envejecedor del hombre es el abandono de los ideales.
A los 60 años, lo mismo que a los 16, hay en el ser humano el anhelo de lo maravilloso, el dulce arrobo de la noche estrellada, los propósitos y hechos estelares, la intrepidez vencedora del acontecimiento, la alegría en el juego que es la vida, la inagotable casi infantil apetencia que interroga: “¿Y qué más?”
Mientras capte nuestro corazón el mensaje de la hermosura, de la alegría, del valor, de la grandeza, del poder que irradia del hombre y de lo infinito, habrá juventud en nosotros.
Solo cuando toda comunicación quede interrumpida, cuando la nieve del pesimismo y el hielo de la indiferencia hayan cubierto las estaciones receptoras de nuestro corazón, solo entonces seremos realmente viejos; y Dios tenga entonces piedad de nosotros.
¡Vive cada día de tu vida como si esperases vivir eternamente¡
Samuel Ullman