Pensamientos y Reflexiones de Superación Personal
Aumentar su autoestima en lo cotidiano…
Habitualmente tenemos noticias de personas que han marcado una diferencia en la consecución de logros espectaculares. Son esos logros y esas personas las que atraen la atención de los medios de comunicación, y, de alguna manera, sentimos una sana envidia y deseamos que algún día seamos nosotros los protagonistas de esos minutos de gloria.
Pero lo que mantiene este mundo en movimiento es la enorme cantidad y calidad de pequeños logros cotidianos. Cada día, millones de personas decentes y honestas realizan su labor con integridad y eficiencia. Tener una sincera preocupación y realizar los actos necesarios para proveer al resto del mundo de los bienes y servicios que precisan hará que, de alguna manera, usted esté contribuyendo a la felicidad de miles de personas.
Ser consciente de que un trabajo bien desarrollado por su parte es motivo de felicidad para tantas personas hará que usted se sienta bien. Y su autoestima aumentará de forma proporcional. Recuerde, “Usted es importante”.
Metáfora: La Mano del Maestro
Estaba golpeado y marcado y el rematador en una subasta pensó que por su escaso valor, no tenía sentido perder demasiado tiempo con el viejo violín, pero lo levantó con una sonrisa.
-¿Cuánto dan, señores? –gritó-, ¿quién empezará a apostar por él?
-Un dólar, un dólar –alguien replicó, después- dos dólares.
-¿Sólo dos?
-Dos dólares y ¿quién da tres?, tres dólares a la una; tres dólares a las dos; y van tres….
Pero no, desde el fondo de la sala un hombre canoso se adelantó y recogió el arco; luego, después de quitar el polvo del violín y estirar las cuerdas flojas, las afinó y tocó una melodía pura y dulce como un coro de ángeles.
Cesó la música y el rematador; con una voz silenciosa y baja, dijo:
-¿Cuánto me dan por el viejo violín? –y lo levantó en alto con el arco.
-Mil dólares y… ¿quién da dos? ¡Dos mil¡ ¿Y quién da tres? Tres mil a la una, tres mil a las dos; y se va y se fue –dijo.
La gente aplaudía, pero algunos decían: «No entendemos bien, ¿qué cambió su valor?». La respuesta no se hizo esperar: «!La Mano del Maestro¡»
Que una melodía celestial brote hoy de tu vida, si te dejas usar en las manos del Maestro por excelencia.
LA MANO DEL MAESTRO