La vida es como un camino. Hay caminos cortos y largos; caminos lisos y rocosos; caminos rectos y torcidos. En nuestra vida, muchos caminos se cruzarán en nuestro caminar a medida que viajamos por la vida. Hay caminos que conducen a una vida de soltería, matrimonio y vocación religiosa. También hay caminos que conducen a la fama y la fortuna por un lado, o al aislamiento y la pobreza por el otro. Hay caminos hacia la felicidad como caminos hacia la tristeza, caminos hacia la victoria y el júbilo, y caminos hacia la derrota y la desilusión.

Como en cualquier camino, hay esquinas, desvíos y encrucijadas en la vida. Quizás el camino más desconcertante que encontraría es un cruce de caminos. Con cuatro caminos para elegir y con un conocimiento limitado de adónde irían, ¿qué camino tomará? ¿Cuál es la garantía de que elegiremos el camino correcto? ¿Tomaría cualquier camino, o simplemente se quedaría parado donde está: frente a un cruce?

No hay garantías.

Realmente no sabes adónde te llevará un camino hasta que lo tomes. No hay garantías. Ésta es una de las cosas más importantes que debe tener en cuenta sobre la vida. Nadie dijo que elegir y hacer lo correcto todo el tiempo siempre te conduciría a la felicidad. Amar a alguien con todo tu corazón no garantiza que te lo devolverá. Ganar fama y fortuna no garantiza la felicidad. Aceptar una buena recomendación de un superior influyente para acortar su viaje en la escala profesional no siempre es malo, especialmente si está altamente calificado y es competente. Hay demasiados resultados posibles, que realmente no puedes controlar. Lo único sobre lo que tienes poder son las decisiones que tomarás y cómo actuarías y reaccionarías ante diferentes situaciones.

Las decisiones equivocadas siempre se toman en retrospectiva.

Si hubiera sabido que estaba tomando una decisión equivocada, ¿la habría aceptado? Quizás no, ¿por qué elegirías un camino determinado cuando sabes que vas a perder? Por qué tomar una determinada decisión si sabías desde el principio que no es la correcta. Solo después de haber tomado una decisión y haber reflexionado sobre ella, se da cuenta de su solidez. Si las consecuencias o los resultados son buenos para usted, entonces ha decidido correctamente. De lo contrario, su decisión fue incorrecta.

Arriésgate: decide.

Dado que la vida no ofrece ninguna garantía y nunca sabrá que su decisión sería incorrecta hasta que la haya tomado, entonces también podría arriesgarse y decidir. Definitivamente es mejor que mantenerse en el limbo. Si bien es cierto que un giro equivocado puede hacer que te pierdas, también podría ser que ese giro pueda ser una oportunidad para una aventura, además de abrir más caminos. Todo es cuestión de perspectiva. Tienes la opción entre ser un viajero perdido o un turista accidental de la vida. Pero tenga cuidado de no tomar decisiones al azar. Correr riesgos no se trata de ser descuidado y estúpido. Aquí hay algunos consejos que podrían ayudarlo a elegir la mejor opción frente a las encrucijadas de la vida:

Obtenga toda la información que pueda sobre su situación.

No puede encontrar la confianza para decidir cuando sabe tan poco sobre lo que enfrenta. Al igual que cualquier reportero de noticias, use las 5 preguntas: qué, quién, cuándo, dónde y por qué. ¿Cual es la situación? ¿Quiénes son las personas involucradas? ¿Cuando esto pasó? ¿A dónde lleva esto? ¿Por qué estás en esta situación? Estas son solo algunas de las posibles preguntas que puede hacer para saber más sobre su situación. Esto es importante. A menudo, el motivo de la indecisión es la falta de información sobre una situación.

Identificar y crear opciones.

¿Qué opciones te da la situación? A veces las opciones son pocas, pero a veces son numerosas. Pero, ¿qué haces cuando crees que la situación no ofrece opciones? Este es el momento de crear el tuyo propio. Haz que tu mente creativa funcione. Desde lo más simplista hasta lo más complicado, revisa todas las ideas. No descarte nada cuando se le ocurra una idea. A veces, la idea más escandalosa podría resultar ser la correcta al final. Puedes pedirle a un amigo que te ayude a identificar opciones e incluso hacer más opciones si encuentras alguna dificultad, pero asegúrate de tomar la decisión tú mismo al final.

Sopesa los pros y los contras de cada opción.

Evalúe cada opción observando las ventajas y desventajas que le ofrece. De esta manera, obtendrá más información sobre las consecuencias de dicha opción.

Confía en ti mismo y toma esa decisión.

Ahora que ha evaluado sus opciones, es el momento de confiar en sí mismo. Recuerde que no hay garantías y que las decisiones equivocadas siempre se toman en retrospectiva. Así que elige. Decide y cree que está eligiendo la mejor opción en este momento.

Ahora que ha tomado una decisión, esté preparado para afrontar sus consecuencias: buenas y malas. Puede llevarlo a un lugar prometedor o a una tierra de problemas. Pero lo importante es que ha elegido vivir su vida en lugar de seguir siendo un espectador o una audiencia pasiva de su propia vida. Si es la decisión correcta o no, solo el tiempo lo puede decir. Pero no te arrepientas sea cual sea el resultado. En cambio, aprenda de él y recuerde que siempre tiene la oportunidad de tomar mejores decisiones en el futuro.

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