El hábito es adquirido normalmente como consecuencia del aprendizaje y la repetición, el hábito es una respuesta automática a una situación específica. Es un cambio de comportamiento con la experiencia y es una forma sencilla de aprender. El hábito no exige necesariamente nuestra atención consciente.

Cómo formamos hábitos
Se necesitan entre 18 y 254 días para que alguien adquiera un nuevo hábito. Esto es según un estudio publicado en el European Journal of Social Psychology en el año 2009. Antes de que un nuevo comportamiento pueda volverse automático, tomará 66 días, en promedio. Esto también está de acuerdo con el estudio. La señal, la rutina y la recompensa trabajan juntas para la formación de hábitos como los tres componentes principales. El bucle de hábitos es el proceso por el cual se forman nuevos hábitos.
Comenzando con el primer componente, que es la señal, podría ser un olor, un evento, un sentimiento, una persona, un objeto o cualquier otra cosa. La señal es cualquier cosa que te recuerde el hábito o las indicaciones para tomar una acción. En pocas palabras, el comportamiento que está a punto de desarrollar es alentado por un desencadenante que es la señal.
A continuación, pasamos al otro componente que es la rutina. La rutina específica que ha desarrollado su cerebro es lo que comenzará a seguir cada vez que una señal desencadene su hábito. Es más como si te pidieran que hicieras algo y luego comenzaste a tomar medidas para hacerlo. Tu hábito incluye lo que haces antes y después del comportamiento habitual. Esto es para decirte que tus hábitos también están conectados con tus otras acciones porque los hábitos no son solo una acción.
Ahora, pasando al último componente, que es el tercero, cualquier resultado que logre es la recompensa. Tu recompensa puede ser sentirte mejor emocionalmente con el hábito y debido a la satisfacción que obtienes de la recompensa, tendrás una mayor tendencia a repetir constantemente el hábito inconscientemente.
Base de la formación de hábitos
Las bases fisiológicas y psicológicas son los dos términos que pueden usarse para explicar la formación de hábitos.
La base fisiológica
Afirma que hay un camino al que somos conducidos cuando hay una conexión formada por una clara señal nerviosa provocada por varias repeticiones de una acción. La conexión se fortalece cuando se provoca la respuesta y se repite un estímulo.
La base psicológica
Esta afirmación se enfoca en cómo los individuos retienen cualquier proceso de aprendizaje o experiencia. Los hábitos son disposiciones adquiridas y esto es lo que explican las teorías psicológicas. Formamos un hábito con nuestra capacidad de mantenerlo y fortalecerlo.
¿Cuáles son ejemplos de hábitos?
Hay una serie de ejemplos de hábitos y varios de ellos serán definitivamente explicados a lo largo de esta publicación. Como se mencionó anteriormente, algunos hábitos pueden promover la salud y otros pueden ser dañinos. Si se abrocha el cinturón de seguridad sin pensarlo o coge un par de zapatillas para correr después de llegar a casa todos los días, eso es un hábito. Hay algunas personas que se despiertan y lo primero que hacen automáticamente es buscar un cigarrillo; también es un hábito.
¿Por qué los humanos tenemos hábitos?
Sin tener que reflexionar sobre qué hacer o perder tiempo y energía, las personas pueden realizar fácilmente comportamientos útiles, todo gracias a los hábitos. Los hábitos son eficientes y todos somos criaturas de hábitos. Los hábitos nos ofrecen las hermosas ventajas de respuestas rápidas y eficientes, pero pueden verse comprometidas cuando dejamos que sean anulados por hábitos destructivos como el consumo de alimentos poco saludables o el uso de drogas adictivas.
¿Por qué los hábitos son tan difíciles de romper?
La razón por la que un mal hábito se lleva a cabo con éxito es porque nunca es examinado por el cerebro y se puede decir que un hábito es el comportamiento de alguien que funciona en piloto automático. Como consecuencia de los sentimientos agradables y gratificantes que los malos hábitos generan cuando se forman, también están arraigados en la mente. No pensamos mucho en los hábitos cuando los hacemos y estos hábitos están construidos para hacer que las cosas sucedan incluso sin nuestros esfuerzos conscientes. Esto valida que hay momentos en que uno puede no ser consciente de su hábito. Por lo tanto, a menudo exige algo de esfuerzo y consideración para romper un hábito.
Medidas para la Formación Efectiva de Hábitos
Hay algunas medidas que se pueden implementar para la formación efectiva de hábitos y aquí están:
a. Tener un buen comienzo
No tener dudas de la mente. Es decir, tener una fuerte motivación y determinación mental. Debes tener un buen comienzo porque ‘un buen comienzo es estar a medio hacer’.
b. Mantenga la práctica regular
La formación de hábitos se debilita por la interrupción o el aplazamiento, así que haz bien en evitarlos. Hasta que ese hábito se convierta en una rutina en su vida, siga practicando el nuevo hábito regularmente, es muy esencial. Por ejemplo, no se sienta incitado a posponer lo que debe hacer debido a excusas tontas como “no estoy de humor”, falta de interés o un falso dolor de cabeza.
C. Elige un entorno favorable
Una atmósfera alentadora también juega un buen papel en la formación de buenos hábitos. Imaginemos que eres un estudiante con la determinación de estudiar mucho. Estar en un ambiente de compañeros que solo quieren salir de fiesta de lunes a domingo no te ayudaría mucho, pero si estás en compañía de estudiantes esforzados, te resultará fácil seguir estudiando.
d. Sigue empujando
Hasta que no logres tu objetivo, no te detengas. Es como la canción “Don’t Stop ‘Til You Get Enough”. Hasta que ese hábito esté firmemente arraigado, no lo abandones. Recuerda que un hábito debe fortalecerse una vez formado.