La lectura es importante para nuestro espiritu y para nuestro desarrollo personal, pero es importante saber que libros escogemos, aqui una breve historia con una gran enseñanza.

historia de la vida real

Enriqueciendo el Espíritu
Comprendiendo que a mis padres no les agradarían los espeluznantes relatos de crímenes y misterios con que atormentaba mi pobre cabecita, yo mantenía cuidadosamente oculta mi biblioteca.

Un día que volvía de pasear, mi hermanita me esperaba en la puerta con una noticia: “Han descubierto tus libros; papá te espera en su escritorio”.

Como una autómata, fui al encuentro de mi padre y lo encontré examinando mis libros.

-Hija –me preguntó, poniéndome una mano sobre el hombro- ¿cuántos de estos libros has leído?
Yo, casi en sueños, conté uno, cinco, doce, dieciséis….
-Diecisiete, papá –murmuré con voz queda.
-Bien, acércate.

Sobre la mesa habían dos cajitas vacías. Sacó del bolsillo unas monedas de cobre, contó diecisiete, las volcó en una de las cajas y me dijo:
-De los libros que te he recomendado, ¿cuáles has leído?

Ruborizada, apenas pude balbucear: La Cabaña del Tío Tom, David Copperfield, Juvenilia…

Mi padre sacó entonces tres flamantes billetes de un peso y los colocó en la otra caja:

-Esas monedas de cobre –me dijo- representan las novelas malsanas que lees; la caja es tu espíritu, está casi llenas pero no es de valor lo que en ella encuentra. Estos billetes –agregó, señalando la otra caja- representan buenos libros, que irán aportando incalculable riqueza a tu espíritu.
Con el tiempo comprendí mejor las palabras de mi padre, al leer esas obras magníficas sentí como si cayesen sobre mi espíritu relucientes monedas de oro, llenándome de un caudal valiosísimo.
Olga A. de Spraggon

pasos poderosos

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